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Renovemos la esperanza

Actualizado: hace 8 horas


Por: Omar Jiménez Camareno

Presidente Agenda Democrática Nacional


Vivimos tiempos en que los principios democráticos se ven amenazados por  líderes políticos que promueven el establecimiento de gobiernos autoritarios, atentan contra el Estado Social de Derecho y ponen en peligro las conquistas sociales, los avances en  derechos humanos y las libertades ciudadanas.


Frente a la amenaza que representan  los que pretenden incendiar la casa con tal de quedarse con los muebles, es más necesario que nunca que los sectores democráticos construyamos un gran acuerdo con base en la agenda que el país requiere para solucionar los graves problemas que enfrentamos.

 

Con enorme patriotismo y sabiduría, nuestros antepasados, para establecer nuestra primera Constitución Política, suscribieron un PACTO DE CONCORDIA.

 

Hoy, ante a los discursos de odio que buscan polarizar el país para dividirnos, es imprescindible el diálogo, la negociación transparente y la construcción de acuerdos basados en el principio de colocar por encima de los intereses de partido,  los sagrados intereses de la patria.

 

Frente a los llamados a dinamitar los puentes, tenemos la obligación forjar caminos de paz, de unión y de amor entre hermanos y hermanas, suscribiendo un nuevo pacto de concordia y de esperanza:

  • Impulsar una profunda reforma política e institucional para poner a nuestro Estado al servicio de la ciudadanía y no de los intereses de los grupos de poder.

  • Recuperar la seguridad ciudadana, combatiendo con firmeza el crimen organizado y la ola de homicidios y femicidios que desangran al país.

  • Reactivar la producción nacional y generar empleabilidad, garantizando la seguridad ambiental.

  • Impulsar condiciones que permitan la incorporación de las mujeres y de las personas jóvenes al mercado laboral en condiciones de equidad, como forma de combatir la pobreza y la desigualdad social.

  • Frenar con decisión los intentos de retroceder en materia de derechos humanos y al contrario, continuar avanzando en el camino de construir una sociedad sin discriminaciones de ninguna naturaleza.

  • Combatir las desigualdades sociales mediante la eliminación de privilegios odiosos, tanto en el sector público como en el privado y el impulso de un efectivo desarrollo territorial que permita generar oportunidades en las zonas con menos desarrollo del país.

  • Declarar emergencia en nuestro sistema educativo  para volver a tener una educación pública de calidad.

  • Fortalecer la seguridad social y la salud pública, garantizando el financiamiento de la Caja Costarricense del Seguro Social y el fortalecimiento de los regímenes de pensiones para asegurarle a nuestras juventudes su derecho a la jubilación.

  • Impulsar las reformas que se requieren para garantizar condiciones de vida dignas a la población de la tercera edad, en un país cuya población adulta mayor cada día aumenta más.

  • Combatir en forma decidida, no con discursos y poses, sino con decisiones firmes y con el ejemplo, toda forma de corrupción, son tareas impostergables.

 

Para llevar a cabo estas tareas es necesario recuperar la credibilidad en nuestros gobernantes y en nuestro sistema democrático.

 

Para recuperar la credibilidad debemos atrevernos a realizar una verdadera transformación, política, económica, social y ética, pero esta transformación debemos hacerla y la vamos a hacer en democracia, porque tenemos una obligación con nuestra historia y porque sabemos que es el único camino para alcanzar el bienestar colectivo.

 

Tenemos con las futuras generaciones la obligación de corregir el rumbo,  para no dejarles un planeta en el que la contaminación amenace destruir la vida, para no dejarles un país hipotecado, para no heredarles una sociedad cada vez más insegura, con índices de corrupción y de criminalidad vergonzosos y en el que cada día aumenta la desigualdad social.

 

Agenda Democrática Nacional es un partido de centro, democrático y progresista, que rechaza toda forma de extremismo, toda forma de autoritarismo, un partido que defiende el Estado Social  de Derecho,  que cree que ese Estado debe promover condiciones políticas, económicas, sociales, educativas y culturales que nos permitan otorgar igualdad de oportunidades a toda la población,  que cree en la necesidad de crear  las condiciones adecuadas para que el sector privado genere riqueza y empleo,  pero también  que se requiere impulsar políticas públicas para que esa riqueza sirva para construir el bienestar colectivo siempre.

 

Para hacer realidad estos objetivos, ponemos nuestro partido al servicio de las costarricenses y los costarricenses demócratas.

 

Reconocemos que tenemos importantes diferencias con otras organizaciones partidarias democráticas en temas específicos, pero ante la amenaza del autoritarismo, debemos dejar de lado esas diferencias y ponernos de acuerdo con base en lo que nos une, la convicción de que los profundos cambios que deben realizarse en la institucionalidad del país deben ser realizados fortaleciendo el Estado de derecho, el control ciudadano y la independencia de poderes.

 

Ante el legítimo descontento de la población con una democracia que no ha sido capaz de atender sus necesidades, debemos, sin ningún temor, impulsar todas las transformaciones que sean necesarias para construir una sociedad mas democrática y más equitativa y cerrar filas frente a los cantos de sirena de quienes pretenden llevarnos al autoritarismo.

 

En este momento difícil de la patria, en el que muchos ciudadanos piensan que no hay en quien creer y han perdido la ilusión, les digo que hay razones para que RENOVEMOS LA ESPERANZA, con esa convicción, hago mías las palabras de nuestro poeta Jorge Debravo en su poema "EL VASO DE LA ESPERANZA":


“Uno piensa que nada le ha quedado

en el vaso frutal de la esperanza.

Que todo es un océano de fracasos y

que el amor no flota sobre el agua.

 

Y es que el oído escucha tanta

sombra,

la boca traga tanta carne

amarga,

 los ojos adivinan tanta

muerte en cada soledad,

las manos palpan tanto amor con espinas,

el olfato huele mucho rencor entre las

sábanas…

 

Sin embargo, la vida no está muerta,

la piel del corazón aún tiene savia,

los pozos del amor aún echan gotas

de algo como sangre o como agua…

 

Solo falta golpear los tajamares,

romper con la piqueta las montañas,

llamar a los ancianos, los

 muchachos, los niños, las mujeres,

las muchachas y decirles que,

no obstante la muerte,

 a pesar del rencor y la desgracia, todavía queda algo,

un sarro bueno en el vaso frutal

De la esperanza"


 
 
 

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