Por: Joselyn Sánchez Soto
Secretaría de Juventudes ADN
El pasado 23 de febrero nos convocó un momento histórico para la vida política de ADN y la tradición democrática de Costa Rica. Un momento en el que dimos un paso firme y decidido hacia la construcción de una organización partidaria más inclusiva, representativa y, principalmente, más conectada con las generaciones que forjarán el futuro de nuestro país.
Hablar de juventudes y política es entender que sin la participación de las personas jóvenes no hay renovación, no hay evolución y no hay transformación real. Nuestro país ha sido testigo de cómo los movimientos de juventudes han sido agentes de cambio; impulsando luchas sociales, reivindicaciones de derechos y nuevos modelos de liderazgo.
Las juventudes somos el presente y el futuro. Somos la voz que cuestiona el statu quo, la energía que moviliza causas sociales y la creatividad que encuentra soluciones innovadoras, pero para que esa voz sea escuchada y esa energía sea transformada, necesitamos espacios reales de participación.
Por eso, el paso que, como partido dimos en la última Asamblea Nacional, fue transcendental. Incluir en nuestros estatutos un artículo que formalice la estructura y organización de las juventudes de ADN y aprobar la nómina de 10 asambleístas nacionales designados por las juventudes, es un compromiso político y estratégico con nuestro futuro.
Con esto, le estamos diciendo a todas las personas jóvenes de este país que en ADN no serán actores secundarios ni espectadores, sino protagonistas activos de nuestro proyecto político. De ahora en adelante, seremos un pilar fundamental en la toma de decisiones, en la definición de nuestra agenda programática y en la construcción de nuevos liderazgos.
Al impulsar esta propuesta estamos marcando un hito en la historia de nuestro partido. Nos estamos asegurando de que ADN no solo se fortalezca con ideas frescas y nuevas perspectivas, sino que permanezca en el tiempo, con una base sólida de liderazgos emergentes.
El paso que dimos es apenas el inicio. La inclusión de las juventudes en nuestro estatuto es una gran victoria, pero es solo el primer paso. Ahora nos corresponde construir juventudes fuertes y organizadas; que sean capaces de movilizar, inspirar y transformar.
Costa Rica necesita juventudes activas, valientes y comprometidas, y esas juventudes están en ADN.
Vamoos!! Es necesario que se la juventud pueda verse involucrada en estos espacios tan necesarios